domingo, 1 de abril de 2012

El fortín de Diego López


En los tiempos que corren, cada vez más, uno mira por sí mismo y los problemas de los demás importan como que algo menos. El Espanyol y el Villarreal piensan que "con lo que tengo por delante no te puedo dar ni un vaso de agua" porque ambos quieren un triunfo que les acerque a sus objetivos. Para los pericos, una vez alejado el tren de la Champions, no le vale otra que calcar sus números del tramo final de la primera vuelta si quieren subirse al carro europeo: 13 puntos de 27; mientras que el Submarino busca alejarse lo máximo de un descenso con el que ha coqueteado todo el año y que le ha costado la friolera de tres técnicos.
Los de Pochettino serán un exhaustivo control de calidad para el Submarino y para sopesar una recuperación amarilla que vive del Efecto Lotina, como vivió en su día del de Molina. Se les cae Nilmar por lesión y en estos momentos eso es quitarle tres patas a la mesa, toca hacer equilibrio y esperar que Marco Ruben tenga su noche. El resto son los habituales, los que deben demostrar los galones. Lotina buscará la segunda victoria seguida amarilla, tras asaltar Vallecas, algo que sólo ha sucedido una vez esta Liga. Sigue invicto el vasco porque también le rascó un punto a Mou en El Madrigal.
Enfrente espera un Espanyol que está haciendo la goma como esos esprinters que no quieren descolgarse del pelotón en plena subida al puerto final. 'Hoy salgo de Europa y mañana entro', pero cada vez hay menor margen de error si quieren viajar por el Viejo Continente. Pochettino recupera de una tacada a Sergio García, con el que el gol es más fácil, y a Héctor Moreno, con el que debe echar el candado a una portería que debe quedar inmaculada más veces porque suma ocho duelos encanjando.


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