La renovación de Víctor Valdés no será un paseo

Víctor Valdés es una persona muy especial. Quedó claro el pasado jueves cuando en lugar de refugiarse en el discurso fácil y lleno de tópicos, dejó relucir sus sentimientos en la rueda de prensa. Dejó claro que lo ha pasado mal defendiendo la portería del Barcelona. Y no le falta razón, con Valdés se han cometido enormes injusticias a la hora de valorarlo.

Y también dejó claro que es un hombre con amplias miras y que no se le acaba el mundo en el Barcelona. Un discurso que llega días antes de que el club se ponga a negociar con él su renovación. Una clara señal para el club que ha tomado buena nota, consciente que tendrá que escoger un buen discurso para llegar a un acuerdo.

El precedente de la última renovación es una buena referencia. No hubo forma de que se llegara a un acuerdo. Ginés Carvajal, su representante, admitió públicamente que después de mucho negociar las posturas estaban muy distantes. Y el Milan no perdía de vista a Valdés. Laporta tomó cartas en el asunto y se firmó el nuevo contrato del portero, al que se le puso en el segundo puesto de la escala salarial azulgrana con una magnífica ficha.

Y, lógicamente, querrá que se suba en esta nueva negociación. En estos momentos, Valdés cobra dos millones netos menos que Iker Casillas (éste gana ocho limpios al año), lo que puede dar una idea de sus pretensiones.

Unas cantidades a las que el Barcelona le costará mucho llegar ya que prácticamente le situarían como el mejor pagado del equipo, solamente detrás de Messi.

Queda por ver qué porterías están libres en Europa. Pocas, si nos atenemos a los grandes. La más llamativa es la del Milan que necesita un portero con urgencia. La pregunta es si está dispuesto a pagar una ficha así.