lunes, 17 de diciembre de 2012

El día que Kiko Casilla se visitió de Iker y dejó en evidencia al verdadero Casillas


Y decimos verdadero porque hace ya ocho años, muchos confundían al portero del Real Madrid B con el primer portero merengue. Lógico. Una sola 'S' diferenciaba un apellido de otro. Y decimos sólo una letra porque el estilo de Kiko era parecido al de aquel Iker. Rápido y ágil, el guardameta del filial apuntaba maneras. Todos en la cantera blanca pensaban que sería su sustituto, el de Iker.
<b>Kiko Casilla seguirá blocando balones para el Espanyol</b><br/>Kiko Casilla seguirá blocando balones para el Espanyol
De hecho, Quique Sánchez Flores, técnico que lo conocía de su época en el juvenil del Real Madrid, lo pidió para su Getafe. Y luego insistió estando en el Valencia. Pero el Real Madrid, revuelto entonces, no le concedió su deseo y Casilla, como muchos porteros de la casa blanca, se perdió en varias aventuras sin concretar el sueño de jugar en el primer equipo.
El empate entre Real Madrid y el Espanyol aleja a los blancos casi definitivamente de una Liga que empieza a convertirse en una tortura para Mourinho y lo suyos. Un resultado en el que los porteros tuvieron mucho que ver. Para bien en el caso del periquito. Para dudar en el caso del madridista. Fue el día que Kiko Casilla se vistió de Iker para dejar en evidencia al verdadero Casillas.

Un épico Kiko...

Sin embargo, ayer Kiko se tomó venganza y lo hizo en un día en el que Iker estuvo ausente. Golpe de efecto al cuadrado para el titular de la casa blanca.
Casilla salvó al Espanyol y lo hizo con grandes intervenciones que frenaron, una vez sí, otra también, al conjunto merengue. Quizá la más clara fue la que tuvo ante un Di María revolucionado. Sucedió en la segunda mitad.
Un zapatazo del argentino iba camino de la escuadra, pero el espigado portero sacó la mano, tocó la pelota y esta, a su vez, se marchó al larguero. La bola botó casi dentro, pero terminó fuera del área de peligro.
Hubo más. Cristiano Ronaldo u Özil probaron sus reflejos. Callejón y Modric, su capacidad para tapar portería con una altura envidiable de 1'92 metros. En total, once paradas realizó el arquero salido de la cantera merengue. Una proeza si los que apuntan y disparan son jugadores de la clase del Real Madrid.

...y un tímido Casillas

En el lado opuesto, Casillas. No es la primera vez que Iker es puesto en duda. No es la primera vez que este año Iker no es el que conocemos. Cierto es que ayer no tuvo fallos grandes. Pero tampoco aciertos destacados. Fue, simplemente, un portero más.
En todo el encuentro paró cuatro tiros a puerta de los 13 que hizo el Espanyol en todo el partido. Y en los dos más importantes apenas pudo hacer nada. En el primer gol blanco, no salió de su área. No trató de tapar espacios a un Sergio García que tuvo toda la portería para rematar. Raro en el caso de un Casillas que suele tener en esta cualidad, la de los uno contra uno, su principal virtud.
En el segundo gol, también se echó de menos su dominio del área. Se quedó estático bajo palos y en las dos ocasiones en las que la pelota rondó sus dominios, no se atrevió a salir para despejar. El remate de Albín lo dejó vendido. No podía hacer mucho más.
Si a estos dos fallos puntuales se le añade alguna indecisión y falta de entendimiento con su defensa, el resultado es un partido discreto que lo dejaba a la sombra de Casilla, sin 'S'. Un portero que, por cierto, gusta mucho a Florentino Pérez para que sea el suplente de Iker. Tomen nota. Quizá su buena actuación ayer en el Bernabéu le reabra las puertas de la que fue su casa.




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