En la operación salida va a tener Monchi, director deportivo del Sevilla, más trabajo que en la entrada de jugadores, ya que toda remodelación importante de una plantilla requiere esfuerzos -sobre todo económicos- a la hora de colocar a jugadores con los que no se cuentan. Y uno de ellos es Sergio Rico. Algo que tiene claro el club y más aún la parte del jugador, que miran con optimismo el rendimiento ofrecido en el Fulham y las posibilidades que puedan surgir de esa cesión pese al descenso del conjunto londinense.
Porque Sergio se incorporará junto a sus compañeros a la pretemporada que se inicia a principios del mes de julio. Y Julen Lopetegui, como entrenador recién llegado a Nervión, querrá comprobar qué tiene entre manos antes de que los movimientos de salida se produzca. Aun así, el de Montequinto durará en la disciplina nervionense lo que tarde su agente o el propio Sevilla en encontrarle destino. Y si es traspasado, mejor.
Hay que recordar que dos años antes, en el verano de 2017, el Sevilla protegió a uno de sus canteranos de los cantos de sirena del mercado. Su cláusula ascendió hasta los 40 millones, con un salario acorde y cuatro años garantizados de contrato. Al año siguiente hubo que buscarle una salida. Y eso que a Pablo Machín le convencía para pelear con Vaclik, quien dijo en MARCA que le recordaba a Cech, meta del Arsenal. Jugó un partido europeo en agosto ante el Ujpest, con la eliminatoria ya resuelta.
Terminó saliendo precisamente a la Premier, mercado donde espera encontrar una nueva oportunidad en la temporada que se avecina. A sus 25 años ha pasado página de lo que vivió en Sevilla en los últimos meses del curso con Berizzo, Montella y Caparrós. Busca nuevos retos y el Sevilla no le pondrá impedimentos. Eso sí, hay un precio de salida y retándole dos años, siempre se buscará una venta antes que una nueva cesión. Lo que está por ver es qué piensa Lopetegui del segundo portero y de la competencia que necesite Vaclik.
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