El Real Madrid atraviesa por un momento delicado deportiva e institucionalmente. Con el equipo a 11 puntos del liderato en Liga, y clasificado en Champions pero como segundo de grupo después de ganar sólo un partido de los cuatro ante Manchester City y Borussia Dortmund, y habiendo sumado ya tantas derrotas en estos tres meses como en toda la temporada pasada. Y a estas circunstancias hay que añadir unMourinho que parece más alejado del Real Madrid que nunca, poniéndole ojitos a la Premier League, dejando abierta la puerta a su marcha, y con el Santiago Bernabéu pitando fieramente a los que le jalean.
Sin embargo, dentro de todo este maremágnum de confusión y desconcierto, se ha colado la aparición balsámica de Iker Casillas. Y no porque el cancerbero haya solucionado el futuro de Mourinho, o porque haya disuelto las malas sensaciones sobre el campo, pero al menos sí que parece que se ha reconciliado con esa parte del madridismo que le tenía crucificado desde hacía tiempo, con esa parte del madridismo que, de tanto ataque, provocó la defensa del portero en las redes sociales hace ya algunas semanas.
¿Y cómo conseguir la reconciliación que entonces no encontró con su comunicado? Pues saliendo a zona mixta tras la derrota en el Benito Villamarín y en un acto promocional este miércoles, donde se quejó abiertamente de las actuaciones arbitrales y defendiendo férreamente la labor de José Mourinho. Y con eso parece que todas las críticas anteriores han caído ya en saco roto. O al menos, van camino de ello.
Críticas focalizadas primero por lo que una parte del madridismo entendía que era no ser un buen capitán. O más concretamente, por no salir públicamente defendiendo el discurso del entrenador, por no quejarse abiertamente de injusticias arbitrales, o por compadrear con jugadores de equipos contrarios. Actitud que, al parecer, empieza a quedar ya eclipsada con el discurso de Iker de esta semana. “Se puede estar siendo injusto con Mourinho. Gran parte del éxito ha sido culpa suya, hemos hecho temporadas muy buenas las últimas. Al mejor entrenador del mundo se le exige demasiado” espetó el capitán merengue, limpio ya de todo pecado para esa parte del madridismo que le señalaba por no alinearse con el técnico de Setúbal.
Así las cosas, es cuestión de tiempo que Casillas vuelva a ser reconocido como el mejor portero del mundo por todo el madridismo en general, como el portero ideal para el Real Madrid. Pues, aunque parezca mentira, para una parte de la afición merengue no lo ha sido durante un tiempo. Y si bien es de necios negar que Casillas no ha exhibido su mejor nivel en este arranque de temporada, no es menos cierto que desde ciertos sectores se le ha querido señalar deliberadamente como el culpable único del mal arranque de curso del Real Madrid, y que había ataques que no databan de este curso, sino ya de anteriores meses incluso, con infinitamente menos razones para ello.
Y curiosamente, coincide que son los mismos que creían que no era buen capitán los que más criticaban su estado de forma, los que querían enterrar ya a Casillas, y los que fantaseaban con otros porteros que fichar para el Real Madrid. Y seguro que, para beneficio del Real Madrid y pese a lo superficial de la motivación, ahora que Casillas vuelve a ser el capitán deseado por todos, serán muchas más voces las que prediquen que el de Móstoles es el mejor portero del mundo y que tiene lugar en este equipo. Tiempo al tiempo.
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