Onésimo Sánchez recuerda bien el paso de Fabricio por el Valladolid, un equipo en el que el guarmeta del Betis tenía un papel secundario, pero en el que ya demostraba las virtudes que le han convertido en el meta titular del Betis. Destaca el ex jugador las cualidades de Fabricio bajo los palos, esa agilidad felina que demostró con sus buenas intervenciones ante el Málaga, donde se erigió en salvador del equipo de Mel. “Lo tuve en el primer equipo del Valladolid, teníamos buenos porteros como Jacobo o Justo Villar, pero aun así pudo debutar en el último partido. Es un muy buen guardameta de portería, muy ágil, felino”, subraya Onésimo, quien cree que la profesionalidad de Fabricio le ayudará a alcanzar mayores cotas de éxito en su carrera deportiva. “Se entrena muy bien y en eso es muy profesional. En eso ha ido creciendo poco a poco, desde que llegó a su equipo también ha ido aprendiendo cosas”, comenta el técnico.
Para Onésimo, las difíciles circunstancias que han jalonado la carrera de Fabricio, en forma de lesiones, le han hecho crecer. “Las lesiones le han obligado a madurar. Con nosotros aún era joven, y a veces le podía el ansia, lo mejor es que siendo tan joven ya es bueno y tiene margen de mejora. Todo lo que le ha ido pasando este año y en su vida le ha ayudado a crecer. Cualquier otro se podía haber tomado peor la lesión nada más llegar al Betis, pero él ha entendido que son cosas que pasan y que igual que él ha estado esperando su oportunidad, ahora detrás también hay jugadores que quieren su puesto”, asegura.
Para Onésimo, la característica más reseñable de Fabricio como portero es la serenidad que transmite a la zaga, tanto por sus paradas como por su carácter. “Es muy buen portero, sobrio, transmite seguridad. Cuando estaba aquí intentamos enseñarle que tenía que mejorar en cuanto a entender el juego, saber actuar jugando con la defensa adelantada, con los pies, en el saque de portería”. Hay portero para rato.
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