La salida de Andriy Lunin cedido al Valladolid cierra el círculo. Keylor Navas sigue en el Real Madrid, algo que parecía totalmente imposible cuando el 19 de mayo saltó al césped del Bernabéu con su familia tras el partido con el Betis. El tico fue el único bien parado de una mañana en la que la afición madridista despidió de uñas a su equipo tras una temporada nefasta.

El Keylor de hoy nada tiene que ver con el que se fue de Madrid al acabar la temporada. Cuando Zidane le comunicó que la portería estaba reservada para el belga se planteó por primera vez en serio dejar el Madrid y una ciudad en la que él y su familia están encantados.
Comenzaron a llegar ofertas a sus agentes. A su puerta llamaron el PSG, el Anderlecht, el Benfica, la Roma, el Oporto o el Galatasaray. Pero ninguno de ellos se acercaba a las cifras del contrato que amplió en enero. Además, el Real Madrid le dejó claro que si salía sería dejando dinero en las arcas del club. La carta de libertad quedaba fuera de foco.
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