Keylor Navas disputó el que, casi con total seguridad, será su último partido defendiendo la portería del Real Madrid. Zinedine Zidane ha decidido apostar por Thibaut Courtois como portero titular a partir de la próxima temporada, lo que complica el futuro del tico en el Bernabéu. Una salida se antoja como el destino más posible para el portero de las tres Champions, desplazado por su competidor, una apuesta de futuro del club.
Keylor fue el único futbolista del Madrid que se salvó de la quema ante el Betis. Dejó varias intervenciones de mérito que fueron calurosamente recibidas por una grada que nunca ha ocultado su predilección por el internacional costarricense. La irregular temporada de Courtois ha servido en las últimas semanas para alimentar el debate en el Bernabéu, aunque para Zidane y el club parece no haber cuestión.
Así, Navas vivió su último partido con el escudo del Madrid. El destino quiso que fuera en el Bernabéu, y le sirviera para recoger el cariño de una afición que no olvida su contribución a un ciclo histórico para el club blanco. Keylor fue el portero en tres de las cuatro Champions conquistadas por el Madrid desde 2014. En varias de ellas tuvo aportaciones decisivas.
Deja su nombre escrito junto a la de los grandes guardametas de la historia del club, aunque nunca lo tuvo fácil. Primero, la competencia con un mito como Iker Casillas. Después, los continuos rumores sobre la apuesta del club por David De Gea y el famoso episodio del fax. Por fin, la pérdida de la titularidad esta temporada, primero con Julen Lopetegui, después la confirmación con Santiago Solari y, finalmente, el canto del cisne con Zidane.
Parecía que el regreso del técnico francés iba a dar a Keylor una nueva vida bajo los palos de la portería blanca. Pero la ley del fútbol (sus 32 años frente a los 27 de Courtois, por el que el club desembolsó, además, 35 millones de euros) le aleja del Madrid y de Madrid, la ciudad en la que el tico ha echado raíces. Esas fotos junto a su familia sobre el césped del estadio tras el partido son la mejor prueba de que el jugador asume un fin de ciclo.
Ahora, su destino apunta lejos del Bernabéu, pero el estadio madridista le despidió como a un héroe. Portero de reflejos, de chispazos, reactivo e instintivo, quedará para siempre en la memoria de una hinchada que, sólo en su caso, pasó por alto la amargura de una negra temporada para recibir al '1' como se despide a las leyendas. A uno de esos jugadores que dejan poso en la memoria colectiva de una afición.
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