Iker Casillas tuvo ayer trabajo extra en Valdebebas. Una vez finalizada la sesión, le tocó situarse bajo palos para ser bombarbeado en faltas directas por Cristiano, Di María y Ramos. Mourinho no quiere dejar escapar ningún detalle de la visita a Vallecas y las faltas le vienen preocupando desde hace tiempo. Además, el rayista Trashorras es un consumado especialista.
Es habitual que Cristiano Ronaldo se quede al final de alguna sesión a probar suerte. Lo hizo en repetidas ocasiones el curso pasado, cuando no acertaba a marcar de falta directa. Pero no lo es tanto que sea Casillas el portero.
Los elegidos suelen ser Adán y Jesús, o Tomás Mejías cuando era tercer portero. Incluso hay ocasiones en las que CR7 afina la puntería en solitario.
Blindar la portería
El hecho de que fuera el capitán el encargado de parar los misiles de Ronaldo y compañía es sintomático de la importancia que le da Mourinho a estas acciones, que ya el año pasado le supusieron un quebradero de cabeza. Por culpa de dos faltas en la frontal volaron cuatro puntos, dos contra el Málaga gracias a Cazorla y otros dos contra el Villarreal por culpa de Senna. Dos acciones que avivaron el pulso por la Liga cuando el Madrid ya tenía ganados sendos encuentros.
Además, esta temporada los balones parados continúan restando puntos al Madrid. Contra el Valencia, gol de Jonas de cabeza a falta botada por Tino Costa. Contra el Getafe, uno de los tantos, de Valera cabeceando un centro a balón parado de Barrada. Ante el Sevilla, Trochowski de córner. Y frente al Manchester City, aunque el Madrid se acabó imponiendo, Kolarov puso un nudo de la garganta en el madridismo con una falta lateral que se coló de manera directa.
Promedio mejorable
El portero madridista está encajando más goles de lo normal. Sólo se ha marchado imbatido en uno de los siete partidos de esta temporada, contra el Granada. En total, 10 dianas sufridas. A más de una por encuentro (1,42). El año pasado, en Liga, su promedio fue de 0,84 por jornada.
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