Aunque en esta ocasión la mayoría cayeron del lado de Ramos, Iker Casillas y Cesc Fábregas volvieron a ser fundamentales para la Selección tal y como ocurrió hace cuatro años en Austria en la tanda final de los cuartos ante Italia.
El portero se convirtió, con una nueva parada, en el meta que más penas máximas ha detenido en una Eurocopa con uno más a los dos que sumó frente a los transalpinos. Mientras, el catalán marcó el quinto y decisivo como ocurrió contra los italianos.
Echando la vista atrás, el meta español aumentó su palmarés en los momentos decisivos con La Roja, algo que empezó atajando dos frente a Irlanda en Corea 2002 y con los otros dos ya mencionados.
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