Miren que hacía frío en El Sardinero. Que en la megafonía del estadio sonase, en los prolegómenos, el cansino 'Ai Se Eu Te Pego' de Michél Teló no convertía la gélida playa santanderina en Copacabana ni el estadio racinguista en Maracaná. El clima, y no sólo por lo climatológico, no era el mejor por esta parte de España. La espantada del ínclito Ali Siyd, que a lo que se ve tenía más de cuento chino que de indio, ha dejado al club cántabro en ley concursal y con un lío institucional que ríete tú de lo del Gobierno griego.
El calor para el equipo rojiblanco lo ponían los más de 300 aficionados del Atlético que estaban en las gradas. Se les escuchaba mucho porque, pese a lo atractivo del duelo, la entrada total no pasaba de los 15.000.
Como suele ser habitual en estos casos, la adversa climatología no amedrentaba a Simeone, que no paraba quieto en el área técnica. El argentino remataba a la vez que Falcao, disparaba al mismo tiempo que Adrián y robaba el balón con Juanfran a la limón. Catálogo gestual el del Cholo, que no cesó durante los 90 minutos. Simeone saltaba como un resorte cuando Stuani le hacía una entrada a Perea a la altura de la rodilla. El argentino ya había advertido en MD que él "mata" por sus jugadores. El cuarto árbitro le llamaba la atención por su vehemencia. Poco importaba que el Atlético hubiese llegado más de 20 veces, él tenía una advertencia para Perea para evitar que un ataque se convirtiese en una ocasión en contra.
Simeone no se creía lo que estaba viendo. Toño, volaba, saltaba, sacaba una mano, se multiplicaba. Toño estaba en todos los lados. El Cholo miraba al cielo, se ponía las manos en la cara, rogaba con las manos juntas... todo mientras El Sardinero coreaba "¡Toño, Toño!" Cómo sería la actuación del meta del equipo cántabro que prácticamente todo el Atlético lo felicitaba al concluir el choque. Falcao se abrazaba a él, Adriánle daba la mano, Gabi le hacía un gesto cariñoso. En medio de esta postal, Simeone aguardaba en la entrada del túnel de vestuarios. No para nada relacionado con sus propios jugadores, sino para reconocerle a Toño en persona la 'faena' que le había hecho al Atlético. El meta festejaba los gestos: "Le agradezco a Simeone y a los jugadores del Atlético que me hayan felicitado pero ha sido una labor de equipo".
Alguno en la grada no lo veía así y bromeaba: "Toño 0, Atlético 0". La noche iba de porteros y sería injusto no reconocérselo a Thibaut Courtois, que se quedaba por sexto partido consecutivo sin encajar un gol. El belga lleva ya 540 minutos en la racha de Simeone y se ha convertido en un espectador de lujo de los partidos del Atlético. Bueno, casi, porque de vez en cuando le dan algún susto, con un par de ocasiones realmente peligrosas que el de Liburgo supo conjurar a la perfección. La noche iba de porteros, esos tipos que arruinan el espectáculo si juegan en el equipo contrario.
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