El regreso de Zinedine Zidane al RealMadrid es la mejor noticia que ha recibido Keylor Navas en los últimos nueves meses, llenos de subidas y bajadas para un portero que con Solari ha vivido sus peores días como jugador del Real Madrid. Relegado al ostracismo en LaLiga y en la Champions, nunca recibió el más mínimo gesto de afecto o cariño por parte del entrenador argentino, que alabó su actitud en público -"Keylor es un caballero, un gran profesional"- pero que jamás se dirigió a él en privado para, comunicarle, por ejemplo, que no volvería a jugar nunca más en la Copa de Europa, que no le daría tampoco el instrascendente partido ante el CSKA, o que también se quedaría en el banquillo en el Mundial de Clubes.
Con Zidane y con la titularidad ante el Celta, Keylor pasa página y mira al horizonte con una sonrisa y más optimismo, convencido ahora de que sí puede tener un futuro en el Real Madrid más allá del mes de junio. Entiende el tico que habrá una competencia justa con Courtois, que también tendrá muchos partidos de aquí al final de temporada. Un nuevo panorama se abre ante Keylor, tras nueve meses más que extraños.
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