El Valencia de Ernesto Valverde está en franca mejoría. Volvió a dejarlo claro esta noche ante el Barcelona, cuando se pudo llevar la victoria de no ser por la soberbia actuación de Víctor Valdés, que confirmó que va a seguir siendo el de siempre hasta el último día que vista la camiseta azulgrana.
Lo cierto es que fue un gran encuentro en Mestalla. Los dos equipos fueron a por la victoria sin complejos, el ritmo fue alto durante los 90 minutos, y la victoria pudo caer de cualquiera de los dos lados.
Desde el pitido inicial se vio que así iba a ser. Ernesto Valverde puso en liza un once más defensivo de lo habitual, con un centro del campo muy poblado buscando reducir al máximo la superioridad lógica en la medular del Barcelona. Y lo consiguió el conjunto che. No fue, desde luego, el mejor día de los Xavi, Iniesta y Fàbregas.
Mientras, por banda, tanto por medio de Cissokho como sobre todo de Guardado, hoy de vuelta al extremo, fueron llegando las ocasiones para el Valencia. Y así se originó el primer gol. Un centro al corazón del área fue despejado por Piqué, pero el rechazo le cayó a Banega, que fusiló a Valdés.
Poco le duró la alegría al Valencia, pues sólo seis minutos después un penalti tan claro como absurdo de Joao Pereira sobre Pedro fue transformado por Messi. El argentino suma ya 32 tantos en 22 paritdos. Una barbaridad.
Con ese resultado de empate a uno se llegó al descanso, y la segunda mitad arrancó de la misma manera: con los dos equipos volcados en la portería contraria, pero con las defensas brillando por encima de las delanteras. Soldado y Fàbregas desperdiciaron dos buenas oportunidades para los suyos.
El Valencia mejoró algo más con la entrada de Canales. Buena noticia para Valverde y para el fútbol español. El exmadridista obligó a Valdés a estirarse tras un buen disparo desde fuera del área. David Villa, que regresaba a Mestalla, tuvo la más clara tras una gran jugada entre Xavi y Alves.
Los minutos pasaban, y el empate parecía cada vez más claro. Hasta que Cissokho, con la ayuda de Piqué, se inventó una jugada por la izquierda. Puso el pase de la muerte para Piatti, que cuando ya se veía empujando el balón, se encontró con la mano de Valdés. El balón cayó en las botas de Soldado, que disparó bien, pero nuevamente se encontró con la estirada imposible del meta azulgrana. Víctor se había empeñado en que los suyos no iban a perder el partido, y así fue.
Con el resultado de 1-1 se llegó al final del encuentro, y los dos equipos celebraron el punto. Por lo que supone para ambos, y porque las sensaciones mostradas durante los 90 minutos fueron realmente buenas. Sobre todo para un Valencia que, tras un inicio de temporada bastante discreto, vuelve a ver las posiciones europeas a tiro de piedra. Y eso es lo mínimo exigible en el conjunto che.
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