Fichado con la temporada ya iniciada por la lesión de Mario Villoria, en apenas Adrián doce partidos el cancerbero madrileño ha zanjado cualquier debate sobre quién debía ser el guardameta titular con sus intervenciones y, sobre todo, la seguridad que transmite.
Antes de su llegada, Adrián Murcia y Mario Villoria se disputaron la titularidad y se alternaron como guardianes de la meta de la UDS con actuaciones irregulares. Buenos partidos seguidos de otros malos dieron a la portería de la Unión un aire de incertidumbre que Raúl Moreno ha borrado de un plumazo. Al madrileño no se le recuerdan ‘cantadas’ graves desde que llegó y, en cambio, es habitual que cada partido salve a su equipo con un par de ‘paradones’.
Las temporadas anteriores, el único portero que logró el consenso de técnicos y grada fue Biel Ribas, quien también sufría alarmantes bajones de forma en pleno curso que le costaron caro a la Unión. Antes, ni Pagola ni Cifuentes se mostraron como cancerberos seguros, ni mucho menos después Ángel Bernabé.
Información extraída del diario "La Gaceta".
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