El fichaje de Diego López el pasado martes cayó como una bomba en Nervión. El equipo cerraba la contratación de un experimentado guardameta llamado a defender la portería del Sánchez Pizjuán regularmente y, de paso, ponía en el disparadero de salida tanto a Javi Varas como a Andrés Palop. ¿Quién sobra? A priori, podría interpretarse que la intención del club sería procurar la salida del valenciano. Por edad, por nómina, por simple final de ciclo tras siete temporadas en el club... Sin embargo, si tuviera que apostar por el adiós de uno de ellos, no sólo lo haría por el de Varas, es que incluso se lo recomendaría.

Mientras el portero valenciano se apresuraba en publicar vía ‘Twitter’ su deseo de continuar, el de Pino Montano no ha pronunciado ni una sola palabra. Señal de que algo va mal. Antes de que se consumase el fichaje de Diego López (quien por cierto firma por cinco temporadas, es decir, que no viene de visita precisamente), Javi Varas ya estaba meditando la opción de buscarse un nuevo destino, por lo que ahora su decisión debe ser mucho más sólida. Lógico. Tras conseguir desbancar a Palop bajo las órdenes de Gregorio Manzano y permanecer bajo los palos con Marcelino en el banquillo, la llegada de Míchel vuelve a dejarle en un segundo plano. Es para desesperarse. El cancerbero sevillano cumplirá en septiembre 30 años, que ya no es un chaval, y a sus espaldas tiene un currículum prácticamente inmaculado a la sombra de Palop. Es hora de echar a volar, Javi.

La peor noticia para Varas ha sido la continuidad de Míchel. El madrileño despejó pronto la incógnita de quién sería su elegido, algo que al meta le supo a cuerno quemado. Su representante admite que no le faltarán equipos donde elegir este verano, aunque la última decisión será suya. Tendrá que sopesarlo, cierto, pero él es el primero que sabe que ha llegado el momento de volar. Que ya le toca.
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