El culebrón de la portería del Valencia continúa. El gafe y la maldición, también. Cristiano Pereira, con una pequeña rotura de menisco, ha sido el último en caer. Las eternas molestias en la muñeca de Vicente Guaita dejan a Diego Alves como único guardameta disponible para viajar a Sevilla, así que Unai tuvo que dibujar una solución de emergencia: forzar de nuevo al de Torrent, que estará en el banquillo del Sánchez Pizjuán pese a que ni mucho menos está recuperado.
El secretismo y las contradicciones sobre la lesión del valenciano desde que se lastimó ante el Athletic de Bilbao es proporcional a la ambigüedad del mensaje que ayer mandó Emery. "Es una situación compleja y a la vez sencilla. La de Guaita es una lesión que nos hizo durante un tiempo ir tomando decisiones, buscando el equilibrio entre la recuperación y el rendimiento. Se ha ido alargando y nos encontramos en una situación en la que Alves está sano y Cristiano lesionado. En el filial, hay dos porteros saliendo de una lesión y tenemos un juvenil que es Anselmo. Si la de Sevilla fuera una final Guaita podría jugar. Puede estar o no. Las dos cosas. ¿Es lo mejor que juegue? No. Nos queda tomar la decisión", dijo el técnico vasco.
Ayer por la mañana hubo una reunión entre el propio entrenador, Jordi Candel y José Manuel Ochotorena en la que decidieron esperar al entrenamiento vespertino para saber si Guaita podría viajar. La decisión fue la de forzar al jugador, la misma táctica empleada ante el Cádiz en Copa, cuando el propio guardameta se puso a disposición del equipo sin estar al cien por cien: "Guaita ha jugado algunos partidos porque estábamos en la certeza de que aún jugando tocado creíamos que se podía recuperar, pero esa no es la solución".
La grave lesión de Pereira (y la escasa confianza que el cuerpo técnico tiene en el luso) unida a la cada vez más probable posibilidad de que las molestias de Guaita se alarguen más tiempo del esperado, abre la puerta a la llegada de un nuevo guardameta al Valencia en el mercado invernal.
"En el análisis está. El club está en ello, quizás hace falta un portero que pueda, en situaciones como esta, venir a ayudar. Tenemos dos muy buenos porteros pero a uno todavía le queda tiempo de recuperación», reconoció Unai Emery, quien dejó clara cuál es la actitud que quiere en sus jugadores para esta noche: «Nuestro objetivo será marcar un gol porque ellos van a apretar muchísimo. La Copa transmite una emoción a la afición, queremos dar a Mestalla más noches como la de la ida contra el Sevilla".
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