El Barcelona tomó hace unos días la determinación de no poner en el mercado a Víctor Valdés. La idea de Zubizarreta es quedarse esperando a que el portero mueva ficha y que se presente con una oferta que el club considere interesante. Si no fuera así, la intención es que cumpla su contrato, que finaliza en junio de 2014, y se quede una temporada más en Can Barça.
El trasfondo de esta decisión es que el club busca que la Operación portero le salga a coste cero. Y eso contempla todos los escenarios posibles. El primero de ellos, tal y como están las cosas en este momento, es que Víctor siga un año más y el Barcelona no fiche a nadie.
La segunda opción sería que el portero viniese al club con alguna oferta. Esa propuesta tiene que ser lo suficientemente fuerte en el capítulo económico para que se reinvierta en el fichaje de otro portero. Y no hay que olvidar que un buen cancerbero se cotiza muy alto.
De hecho, en el club son conscientes de que pierden a uno de los mejores guardametas del mundo y el que venga, muy posiblemente, no estará a su nivel.
Otro de los escenarios que se contempla, si bien las posibilidades de que se produzca son mínimas, es el cambio de cromos. Es decir, que Valdés se vaya a un club donde ya haya un guardameta que se adapte a las necesidades de la portería culé y quiera directamente un cambio directo entre uno y otro. Difícil que se produzca este paisaje.
El motivo de la postura del club es no pasarse de los 50 millones euros que en un principio hay destinados para fichajes. Aunque la decisión definitiva no está tomada, el primer objetivo del Barcelona es traer a Neymar el próximo verano. Y eso supone ya un gasto de 30 millones que incluso están presupuestados en las cuentas del club. Quedarían otros 20, pero el equipo tiene también otras necesidades.
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