Iker Casillas siempre ha sido un jugador de supersticiones. Se cambia la camiseta de un partido a otro si encaja gol, se corta las mangas de la camiseta, toca el larguero cada vez que su equipo marca o encaja un gol...
El capitán del Real Madrid está lleno de rituales que va cambiando según le van saliendo mejor o peor las cosas. Y en los últimos días ha dejado de lado uno que le había acompañado en los últimos cuatro años: el de jugar con las medias del revés.
La suplencia ante el Málaga ha sido el motivo que ha llevado a Iker a ponerse de nuevo las medias del derecho, algo que no hacía desde la temporada 2008-09. Casillas, siguiendo el consejo de un preso de etnia gitana, decidió darle la vuelta a sus calcetines tras perder en el Camp Nou por 2-0 en aquel Clásico que dirigió Juande Ramos y que estuvo marcado por el mano a mano que falló Drenthe.
Tras aquella derrota, el Madrid se quedaba a 11 puntos del Barça en la clasificación y Casillas decidía innovar buscando un cambio de racha. El 20 de diciembre de 2008, el capitán blanco jugaba con las medias del revés ante el Valencia y así se ha mantenido durante los últimos cuatro años, tiempo en el que ha ganado una Liga, una Copa, una Supercopa, un Mundial y su segunda Eurocopa. “Un preso de etnia gitana me escribió una carta dándome ese consejo. Me dijo que llevar una prenda del revés daba buena suerte y decidí probar”, explicó Iker.
La suplencia en La Rosaleda tras la polémica decisión de Mourinho ha provocado que Iker cambie el rumbo en esta superstición y se las vuelva a poner del derecho, como se vio ante el Málaga y en los primeros cuatro partidos de este 2013: Real Sociedad, Celta, Osasuna y Valencia.
Al margen del cambio en las medias, Casillas ha optado también en los últimos partidos por cortar el bajo de su camiseta. Antes de cada encuentro, Iker coge unas tijeras y recorta las mangas y el remate inferior de la camiseta.
Ya cambió en el Mundial
Casillas ya dio muestras de su superstición en el Mundial de Sudáfrica, afeitándose la barba que llevaba luciendo durante casi un año tras caer ante Suiza en el debut. Iker recuperó para el segundo encuentro, ante Honduras, el look que lució en la Eurocopa de Austria y Suiza. Además, dejó de lado la camiseta de color celeste que llevaba luciendo seis partidos para jugar con una verde con la que al final se proclamó campeón del mundo. Los cambios del portero suelen venir acompañados de grandes éxitos.
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