Roberto Jiménez, héroe en Mallorca tras su parada en el penalti previo a la expulsión de Loovens al cuarto de hora del partido, analizaba con mas frialdad el punto conseguido que en principio supo a poco y que ahora se valora más: "Cuando vas al vestuario y ves que todo el mundo está cansado, ves todo lo que ha sufrido, los golpes que tienen... Te das cuenta de que el punto ha sido bueno porque todo el mundo ha tenido que hacer un esfuerzo enorme, un desgaste extremo y al final se ha sumado". El guardameta añaadió que "el punto de ayer es bueno, fuera de casa y ante un rival muy difícil. Estamos en una buena línea y debemos estar satisfechos con el trabajo que estamos realizando. Confiamos en nuestro juego y estamos evolucionando cada día más".
Al margen de sensaciones positivas, la clasificación dicta que el equipo tiene 16 puntos y que el descenso se acerca. Las cuentas de 22 puntos que en la primera vuelta sigue siendo el objetivo: "Yo no he hecho cuentas, pero está claro que lo que ha dicho alguna vez el míster es el objetivo y si los conseguimos estaremos en el buen camino". El vestuario se queda con el espíritu mostrado en situaciones complicadas, una inercia que viene desde el final del curso pasado: "No rendirnos ante las adversidades es una seña de identidad del equipo. Cada vez escucho más el 'sí se puede', y en ámbitos muy diferentes, y me siento muy identificado con él. Es el espíritu que tiene este equipo. Casta, orgullo y no tirar nunca la toalla, son premisas que llevamos por bandera y que nuestro entrenador, por su carácter, fomenta cada día. Los jugadores tratamos de llevarlo al máximo".
Roberto volvió a ser decisivo en el choque de ayer con su actuación bajo los palos, con varias acciones de mérito y desviando además un penalti que "ayudó mucho al equipo, junto con el gol de Postiga, fueron dos momentos muy importantes para conseguir puntuar en un partido que se nos había puesto muy cuesta arriba".
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