Roberto volvió a ser el de la temporada pasada y resultó decisivo para que el equipo pudiese rescatar un punto de Mallorca
La pasada temporada, gran parte de los puntos conseguidos por el Real Zaragoza llevaron la firma de Roberto Jiménez. El guardameta, con actuaciones decisivas día sí y día también, se erigió como un gigante al que poco importaba el nivel al que rindiera el resto del equipo. Cuando la necesidad llamaba con fuerza a las puertas del equipo ahí estuvo Roberto. Precisamente esa versión de salvador fue la que el equipo y hasta él mismo echaban de menos este año. Hasta ayer. El madrileño volvió a enfundarse el uniforme de superhéroe y rescató un punto por el que muy pocos hubieran apostado dado el asedio que sufrió la meta zaragocista.
Transcurridos trece minutos de la primera parte, la mano que jugaba el Real Zaragoza en la partida del Iberostar Estadi parecía recoger todas las papeletas para acabar en derrota. El penalti y posterior expulsión de Glenn Loovens dejaba cuesta arriba el choque. Pero surgió Roberto. El mismo que el curso pasado se vistió de santo cada vez que se situaba delante del portal zaragocista. El arquero logró detener el penalti lanzado por Víctor Casadesús y aclaró un panorama que demasiado se había enturbiado en tan poco tiempo.
El repertorio de intervenciones del meta fue rico y variado. En la primera parte, además del penalti, el guardameta estuvo acertado en la mayor parte de sus apariciones. Una gran intervención tras un libre directo ejecutado Javi Márquez fue otra de las acciones a destacar por el madrileño.
En la segunda mitad, el asedio al marco zaragocista obligó a Roberto a evitar la victoria local en innumerables ocasiones. La renuncia que hizo el equipo de Manolo Jiménez a la posesión de balón se tradujo en un acoso por tierra mar y aire a la portería zaragocista. Una parada a un cabezazo efectuado por Nunes fue la acción más destacada del guardameta, que decidió echar el candado a su portal y ante eso poco pudo hacer la ofensiva mallorquinista. El gol del empate, obra de Víctor Casadesús, no empañó la encomiable labor de Roberto.
Como acabó siendo costumbre la temporada pasada, ayer, Roberto, y por primera vez este curso, volvió a grabar su nombre en el botín conseguido por el equipo. Ayer el Real Zaragoza recuperó la garantía de que cuando el resto no encuentra el camino, Roberto ilumina la senda de los puntos.
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