Tres paradas de Valdés y las tres distintas. Tres paradas milagrosas del portero del Barça. Pero es un mal guardameta, según lo acusó hace unos días Diego Armando Maradona. De fútbol entiende, y mucho, el Pelusa, pero de porteros es obvio que no. En la segunda mitad, cuando el partido se había transformado en un volcán, emergió la figura de Valdés para sostener al Barça.
Tras encajar el gol del Atlético en un córner (fusilado a un par de metros por Falcao), el meta azulgrana se levantó con una grandeza espectacular. A la siguiente oportunidad, también de Falcao, reaccionó tal que Spiderman, elevándose en el aire para evitar una vaselina del delantero rojiblanco. Fue curiosa esa jugada. Sacó Courtois, el portero del Atlético, con tanta fuerza que la pelota viajó de punta a punta del campo, los dos defensas del Barcelona (Mascherano y Abidal) midieron mal y llegó Falcao convencido de que era gol. Pero topó entonces con los brazos inacabables de Valdés. En la segunda ocasión, achicó el espacio a Juanfran hasta hacerle diminuta la portería. Y en la tercera y última oportunidad, ya en tiempo añadido, escupió con el pecho un imponente disparo de Gabi desde 35 metros.
Estaba el Barça arrinconado con el Calderón bulliendo mientras Valdés, con manos, pies, piernas, pecho, aguantó como un verdadero santo. "Valdés nos ha vuelto a salvar", afirmó Guardiola, orgulloso del portero, como todo culé.
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