
Y es que más allá de los resultados, derrota en Anoeta y victoria este fin de semana en Balaídos, ya se empieza a intuir lo que quiere el nuevo entrenador y que afecta tanto al sistema de juego como a los hombres que ha elegido para tratar de sacar a los vigueses de la segunda mitad de la tabla.
Cardoso quiere a un equipo que le dé un buen trato al balón y por eso ha situado en la portería a Rubén Blanco y ha descabalgado de la titularidad a Cabral y Roncaglia -y en el caso de éste último hasta de la convocatoria- para tener una buena salida desde la defensa. Además y a la espera de que se recupere Lobotka,el nuevo entrenador del Celta ha recuperado a Jozabed para acompañar en el doble pivote a un Okay Yokuslu que con frecuencia se incrusta entre los centrales David Costas y Néstor Araújo.

Con Cardoso, el Celta inicia los partidos con un 4-2-3-1 que sin tener que realizar sustituciones puede transformarse en un 4-4-2, también en función del equipo contrario y de cómo se desarrollen los partidos. Eso sucedió ante el Huesca hasta el cambio de Fran Beltrán por Brais Méndez que supuso jugar los últimos 16 minutos con un 4-3-3. Además, de los tres puntos que tanto se necesitaban, los defensores celestes celebraron por todo lo alto haber conseguido dejar su portería a cero; es la tercera vez en la actual campaña tras las victorias sobre Atlético deMadrid (2-0) y Eibar (4-0).
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