Diego Alves, un felino bajo palos, evitó lo que parecía una muerte anunciada del Valencia. El guardameta brasileño le paró un penalti a Messi que, nunca se sabe, podría cambiar el mundo. Fue en el minuto 56. Miguel, que entró como un toro, se llevó por delante a Thiago y también pudo cargarse a su equipo, que dio las gracias de contar con Alves, un especialista en la materia de los once metros.
Los porteros entran en el punto de mira cuando la pelota se coloca en el punto de penalti. Allí la colocó el mejor de todos los futbolistas, Leo Messi, que tenía en su pie izquierdo el hacha para cortar cabezas. En la portería estaba Diego Alves, gato con guantes, que esperó la decisión del argentino.
Leo no lanzó convencido. Su disparo recordó al que le sacó Javi Varas hace unos meses en el Camp Nou. Alves hizo todo lo contrario. Se tiró a su lado izquierdo porque sabía que lo pararía. Le aguantó la mirada a Messi, algo que sólo hacen los valientes, y despejó lo que se le venía encima.
Un salvaje especialista
La intervención del portero brasileño añadió otra perla a su monumento a la hora de defenderse en los penaltis. Alves, que ya paró hasta una decena de penas máximas con el Almería, se estrenó como salvador de la patria che desde el punto de penalti.
Un salvaje especialista
La intervención del portero brasileño añadió otra perla a su monumento a la hora de defenderse en los penaltis. Alves, que ya paró hasta una decena de penas máximas con el Almería, se estrenó como salvador de la patria che desde el punto de penalti.
El penalti no aprovechado por Messi es el séptimo del argentino desde que le conocemos. Leo suele ser de fiar, pero teniendo a Alves mirándote a los ojos conviene hasta rezar. Hay veces en las que el portero tiene ventaja.
No hay comentarios:
Publicar un comentario